Nuevas misiones: del romanticismo al compromiso activo

(Comunicación DAMS)

El fundamento de nuestras escuelas es el llamado de San Juan Bautista De La Salle para colaborar a que los jóvenes que formamos “se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1Tim.2,4).

Quienes asisten a una misión, suelen recibir el don grandioso de experimentar a Dios; es curioso, que chicos de ciudad, traten de enseñar a quienes tal vez conocen menos teoría, pero palpitan con el vigor de una fe que ellos no poseen. Por eso nos damos cuenta de que muchas veces traen de vuelta más de lo que fueron a dar.

El grupo de misiones de la Universidad La Salle Pachuca, está festejando su 20° Aniversario y aunque constatamos sus bondades, nos fuimos dando cuenta de varios vicios:

  • Vivencia de la fe solamente en los tiempos y lugares de misión
  • Protagonismos exacerbados por la sensación de bienestar producida
  • Desilusión de quienes no recibían formación o asignación de tareas como líderes
  • Estudiantes adultos desperdiciando su potencial en orden a seguir una rutina
  • Y en las comunidades atendidas, descuido en la formación de equipos pastorales locales

Se tomaron dos decisiones:

  • Pedir a los párrocos que unieran a nuestros equipos, algunos miembros de sus feligresías que pudieran prepararse y dar continuidad al trabajo, y hacerse cargo totalmente, tras un período de apoyo de cinco años.
  • Y proyectos diferenciados para bachillerato y licenciatura para incorporar al servicio ofrecido los conocimientos profesionales.

El grupo de Bachillerato ha dado el primer paso integrando jóvenes de las comunidades atendidas, con ello la comprensión de la realidad y la idea de fraternidad se han profundizado radicalmente; además los que se veían pequeños al lado de los universitarios, ahora se saben capaces de tareas superiores.

Los jóvenes de licenciatura han integrado a las actividades pastorales un trabajo con migrantes centroamericanos que bajan de trenes a comer y descansar, y se han compenetrado hasta el punto de organizarse para asistir un fin de semana al mes en lugar de dos veces al año.

La labor es menos “romántica”, pero más comprometida y apegada a las fronteras que tanto el Hermano Superior como el Papa Francisco, nos llaman a cruzar; la esperanza es que también les permita acercarse con mayor diligencia “al conocimiento de la verdad” y que como fermento, provoquen reacciones en el resto de nuestra comunidad.

D.C.F. Lourdes Lavaniegos

Rectora

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