LA PAZ … UN SUEÑO

(Comunicación DAMS)

Al aparecerse Jesucristo a sus discípulos el día de la Resurrección, les dijo:
La paz esté con ustedes (Lc 24,36), para darnos a entender que una de las señales principales de que una persona lleva vida nueva, es decir, vida interior y espiritual, y que ha resucitado con Jesucristo, es cuando posee la paz dentro de sí. MD 31,1,1

Hoy en día sabemos que la humanidad no pasa por un buen momento y que lamentablemente la guerra y la necesidad de poder siempre han sido parte de la historia. Pero es ahí donde nosotros podemos dar un giro, siendo generadores de un cambio, de una manera diferente de ver y vivir la vida.

La paz es algo más que ausencia de guerra, es una experiencia individual y ésta se podrá lograr cuando todos los hombres y mujeres, seamos capaces de poner orden en nuestro interior y así poder aspirar a una sociedad donde la justicia y la paz sean posibles.

La paz hay que conquistarla dentro, no fuera, es un esfuerzo de todos los días, porque los verdaderos enemigos de la paz son la ira, la avaricia, la ambición, los celos, entre otras cosas, ya que éstos llevan al hombre a acciones violentas, dejando de reconocer en el otro la misma dignidad.

Una persona que controla sus sentimientos y emociones, encuentra automáticamente la paz y la siente en lo más profundo del corazón. Para sentirla, basta detenerse un momento, cerrar los ojos, relajar el cuerpo, dejar que la respiración se produzca de un modo fácil, suave, rítmico y encontrará que ese silencio interior le produce un estado de serenidad y de calma, de alegría y de paz.

La paz parece una utopía, un sueño imposible, pero les tenemos una noticia: la paz es posible, en la medida que entendamos todo lo bueno que podemos conseguir si primero estamos en paz con nosotros mismos, porque esto nos dará la oportunidad de mirar al otro, de extenderle la mano y ofrecerle lo que somos y tenemos.

No olvidemos que como lasallistas tenemos que trabajar por la paz, por eso las palabras del santo De La Salle siempre deben acompañarnos en el esfuerzo por construir una paz verdadera.

 

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